sábado, 22 de junio de 2019


Ser diferente: la alternativa hacia el cambio social
Oscar Yescas Domínguez
Publicado en facebook el 22 de junio de 2,016

Cuando ingresé al segundo semestre de Psicología en la Universidad Veracruzana, ingresé a laborar en el Instituto Mexicano del Café (Inmecafé), laborando de 8 a 15 horas y estudiando de 15 a 21 horas, mis días eran realmente agotadores. Pero el tener dos actividades no impidió que continuara en Veracruz con mi militancia en la izquierda mexicana, iniciada en mi natal Sonora, por lo que saliendo de la Universidad asistía a dos reuniones por semana durante las noches y realizaba intervenciones comunitarias durante los fines de semana.
Por esos años, el entonces gobernador de Veracruz, Agustín Acosta Lagunes emitió un decreto que aumentaba en 1,000 % el impuesto predial para los veracruzanos. Los camaradas que militábamos en forma cuasi clandestina en la izquierda decidimos organizar a la población de varias colonias de la capital Veracruzana para enfrentar y rechazar ese desmedido aumento al impuesto predial.
Esto implicó trabajar varias horas por las noches entre semana visitando hogares de varias colonias hablar con los jefes de familia para invitarlos a reuniones de fines de semana, en las que discutíamos los diversos problemas que enfrentaban (inseguridad, falta de transporte urbano, calles sin pavimentar, falta de drenaje, de agua potable, etc.) y nosotros conducíamos la reunión hacia la inevitable conclusión de que estábamos hablando de problemas colectivos y por lo tanto, la respuesta debía ser colectiva y en forma organizada formando Comités de lucha en cada colonia.
Después de muchas horas de trabajo logramos constituir 36 Comités de lucha en 36 colonias marginales de Xalapa, Veracruz y con ellos construir una nueva organización que denominamos Coordinadora de Colonias en Lucha.
Con esta estructura de una organización emergente logramos movilizar a más de 5,000 colonos hacia Palacio de Gobierno, tener audiencias con funcionarios de Acosta Lagunes, entre ellos, me tocó presidir reuniones en las que estaba como representante del Gobernador el tristemente célebre (por pedófilo) Miguel Angel Yuñez Linares que intentó confundir y disuadir a los colonos presentes para que dejaran de luchar.
Pero jamás se imaginó que aquellos campesinos de origen indígena, de oficio albañiles y jornaleros que usaban huaraches y apenas podían expresarse pues no contaban con educación formal, lo confrontaran y cuestionaran con argumentos convincentes de la obligación del gobierno de satisfacer sus demandas porque contaban con una gran claridad política, porque invertimos tiempo en impulsar varias reuniones con cada comité y muchas horas de esas reuniones se invirtieron en discusiones políticas sobre la importancia de unirse, organizarse y actuar en forma colectiva en la lucha por sus derechos.
Mientras se daba el encuentro, yo disfrutaba al ver como los compañeros colonos le quitaban la palabra a Yuñez Linares y le rebatían la sarta de estupideces que decía, en un lenguaje sencillo, concreto y directo, por lo que me limitaba a sólo intervenir ocasionalmente para mediar o regresar la discusión a los puntos importantes.
El resultado de todo este trabajo comunitario fue una serie de acuerdos entre el Gobierno de Veracruz y los representantes de la Coordinadora de colonias en lucha, mismos que se firmaron y cumplieron: la reducción del aumento del impuesto predial a tan sólo el 10%, la introducción de drenaje pluvial a 30 colonias, la pavimentación de 1as calles de 15 colonias y con estos resultados no sólo obtuvimos un agradecimiento eterno de los camaradas colonos por nuestra intervención y educación política, sino que dejamos un aprendizaje obtenido en esa lucha social y la lección de que la ciudadanía puede romper la asimetría con la que es tratada  por autoridades construyendo un poder popular al actuar en forma unida, organizada y colectiva para confrontar al poder económico y al poder político en una relación de horizontalidad.
¿Por qué menciono esto? Porque creo que es un buen ejemplo de lo que necesitamos hacer en estos momentos en México. Existen las condiciones de inconformidad e indignación social, al igual que una gran disposición a participar en miles de personas que no están de acuerdo con las injusticias que comete el Estado mexicano.
Pero muchos no saben qué hacer, cómo participar, de qué forma contribuir al cambio social, porque las instituciones y organizaciones a las que pertenece la mayoría de la población se rigen por modelos autocráticos o están invadidas por el cáncer de la corrupción.

Necesitamos construir nuevas organizaciones, necesitamos crear Comités de lucha en contra de las reformas estructurales en cada escuela, universidad, centro de trabajo, barrio, colonia, etc.
Necesitamos crear una identidad organizacional emergente que nos permita construir una unidad con todos los sectores de lucha, con todos aquellos movimientos de resistencia, que están exigiendo justicia ante algún atropello, ante alguna tragedia, ante algún abuso, ante las violaciones de los derechos humanos de que hayan sido objeto.
Necesitamos crear espacios de discusión en donde terminemos con el funcionamiento de los grupos sociales al nivel del agrupamiento y construir una identidad grupal que termine con aquellas distinciones que nos llevan a usar expresiones como “yo”,  “ellos”, “los demás” y usar el lenguaje del "nosotros".
Necesitamos desarrollar un sentimiento de pertenencia a nuevas organizaciones que actúen en acciones unitarias con otros sectores que en este momento están luchando en nuestro país.
Desde hace muchos años tengo el sueño del cambio social en México y por ello decidí combatir la labor ideologizante que realizan diferentes instancias para mantener un control social que promueve actitudes de indiferencia social, individualismo, sumisión, obediencia, etc., utilizando mi arma preferida: la palabra escrita escribiendo y publicando mis artículos en internet.
En estos momentos veo un despertar social en México, una toma de consciencia colectiva de la necesidad de un cambio social. Un aprendizaje doloroso porque costó la vida de maestros luchadores sociales, pero aprendizaje al fin.
Se observa que en varias ciudades del país hay movilizaciones protestando por la violencia desmedida del Estado mexicano en contra de los maestros agrupados en la CNTE.
El Estado mexicano se quitó la careta y muestra su rostro de represión. Los atropellos y abusos a la población mexicana han sido la constante en los diversos gobiernos que hemos padecido, tanto priístas como panistas.
El impulso al modelo neoliberal por parte del gobierno mexicano no tiene límites, nos han impuesto varias reformas a nuestra constitución (laboral, energética, fiscal) e intentan hacer los mismo con una mal llamada reforma educativa y otra reforma al sector salud.
A través de estas modificaciones nos han eliminado derechos laborales, han violado nuestros derechos humanos y perjudican nuestros derechos sociales. La desigualdad crece cada día, millones de mexicanos caen en la pobreza, mientras unos cuantos multimillonarios se hacen cada vez más ricos.
El mercado surge como el nuevo Dios a
l que hay que rendirle culto, los gobiernos privatizan derechos sociales a nombre de “favorecer al mercado”, lo que no dicen es que en realidad favorecen a los dueños de las grandes corporaciones, fortalecen con estas acciones el poder corporativo a nivel internacional, porque lo mismos se observa en varios países del mundo.
Tan solo veamos la resistencia del pueblo francés en contra de una reforma laboral y la lucha de los estudiantes chilenos en contra de una reforma educativa, algo parecido sucede en Argentina y otros países.
En este contexto no es posible continuar actuando como si no pasara nada, no podemos seguir con nuestra vida cotidiana, son tiempos de gran importancia histórica los que estamos viviendo. Necesitamos cambiar nuestras actitudes, nuestras creencias, nuestros valores y nuestro comportamiento individual y social.
Necesitamos recuperar la confianza en nosotros mismos, empoderarnos y luchar para lograr que nuestros sueños se hagan realidad. “Por esto mismo confieso que soy un soñador, durante muchos años (casi toda mi vida) he soñado con un mundo diferente al que vivo actualmente, un mundo donde exista igualdad social, donde realmente la democracia impere, donde la justicia sea para todos y que no se venda al mejor postor, donde exista libertad de expresión, de movilización y de manifestación, donde no exista la pobreza, donde no haya discriminación por condiciones económicas, raciales sexuales o de orientación sexual, donde no exista exclusión, injusticias ni autoritarismos”.

Sé que no soy el único soñador y por ello estoy convencido de que estos sueños los podemos hacer realidad en la medida de que cambiemos, seamos alguien diferente a lo que hemos sido anteriormente y sobre todo que actuemos en forma organizada y colectiva. Juntos podemos lograr el cambio social.
Te invito a ser alguien diferente de la mayoría silenciosa elevando nuestra voz en protesta por las injusticias sociales.
Te invito a ser alguien diferente de la mayoría conformista que acepta la corrupción, los abusos y los asesinatos de luchadores sociales.
Te invito a ser alguien diferente de la mayoría temerosa y reconocer la fuerza social que tenemos cuando actuamos unidos y en forma organizada, recuerda aquella premisa “si tocan a uno, tocan a todos”.
Te invito a ser alguien diferente de la mayoría que se resiste al cambio social y luchar por un mundo donde exista justicia, democracia e igualdad social. ¿Te atreves a ser diferente? Tus hijos, tu familia, tus vecinos, tus compañeros de trabajo y amigos te lo agradecerán. Y lo más importante, la delincuencia organizada que tiene secuestrado a nuestro país empezará a correr y tendremos el camino libre para hacer realidad nuestros sueños.


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