martes, 4 de septiembre de 2018

¡Y al despertar el dinosaurio todavía estaba ahí¡


¡Y al despertar el dinosaurio todavía estaba ahí¡
Oscar Yescas Domínguez
                          4/septiembre/2,018
     El primero de julio pasado se abrió una nueva fase en la historia de México, la jornada electoral y sus resultados simbolizaron el inicio del fin de una era de explotación social, antidemocracia, injusticia social, corrupción e impunidad, de crecimiento inusitado de desigualdad social, etc., y el avistamiento de un horizonte donde la esperanza se concreta en acciones tendientes a lograr un cambio social que privilegie el bienestar social.
     En base a un inusitado ejercicio de democracia electoral que funcionó como ejemplo de cambio social pacífico para el mundo entero, el pueblo  mexicano se inclinó dando su apoyo y voto de confianza de manera indudable, hacia una nueva opción política que se estrenó en estas pasadas elecciones presidenciales con las siglas de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), un movimiento de cobertura nacional que abanderó demandas sociales cuya respuesta satisfactoria permitía atisbar un nuevo horizonte para nuestro país, mucho más promisorio para el pueblo mexicano que la realidad circundante en ese momento histórico.
     El festejo colectivo exhibido en redes sociales la misma noche de esas elecciones fue también un respiro colectivo porque significaba que el pueblo mexicano optaba en forma clara por el cambio social transitando la vía pacífica al aumentar en forma inédita la participación ciudadana en las elecciones presidenciales.
     Se abandonaba así la amenaza de un intento de cambio social por la vía violenta  a través de la insurrección popular ya anunciada por la evidencia de un alto nivel de hartazgo social por la descomposición evidente de las instituciones gubernamentales, por la corrupción exhibida al desviar grandes cantidades del presupuesto público para enriquecer fortunas personales,  por el descrédito de los partidos políticos cuyos dirigentes contribuían al reino de la impunidad, por la proliferación de policías comunitarias y por el surgimiento de ciertos grupos guerrilleros.
     Con sinceridad creo que debemos estar satisfechos al estar en condiciones de decir que no sabemos lo que hubiera pasado si hubieran cometido fraude una vez más en estas elecciones, ya que el hartazgo y la insatisfacción popular generaban un nivel de indignación popular que se estaba convirtiendo en algo realmente insostenible e incontenible y varios sectores sociales estaban a la expectativa de esperar a ver los resultados oficiales del proceso electoral para decidir su próximo movimiento.
     Afortunadamente fue tal la participación ciudadana antes, durante y después del proceso electoral que evitaron que fructificaran los diversos intentos de fraude que se realizaron por parte de miembros del Prian y funcionarios de todo tipo, incluidos los miembros del instituto Nacional Electoral que actuaron como cómplices del poder en turno.
     A final de cuentas, triunfó la voluntad popular, la alegría en calles, avenidas, oficinas, escuelas y domicilios de millones de mexicanos era totalmente evidente y esa euforia generada por el aplastante triunfo de la democracia contra las fuerzas retrógradas, nos hizo pensar que el  dinosaurio encarnado por el Prian estaba finalmente herido de muerte y que su caída era inminente.
          En parte así fue porque el sistema político encarnado por el Prian se cae poco a poco en varios pedazos al verse en la necesidad de entregar el poder político, perder poder económico al reducir el presupuesto recibido por el Instituto Nacional Electoral a los partidos políticos. Era un sueño colectivo convertido en realidad, un sueño colectivo que coincidía con el fin de la pesadilla de décadas de gobierno del Prian, desviando presupuestos públicos descuidando la atención a las necesidades sociales.  
     Pero alerta compañeros, no festejemos antes de tiempo ya que el dinosaurio no ha caído del todo. Su imagen todavía persiste y podemos observarla a través de la visión del estado en que nos dejan a las instituciones gubernamentales de nuestro país. Todavía padecemos los saldos negativos de décadas de un sistema de gobierno basado en la corrupción, desvío de recursos públicos,  de impunidad absoluta y ausencia total de justicia social todavía no hemos terminado de pagarlos.
     Pero el dinosaurio todavía vive y aún en agonía da tremendos coletazos y esto lo podemos comprobar al ver que   se 1ntenta reducir el número de diputados electos de Morena bajo el pretexto de que no es aceptable “la sobrerrepresentación de ningún partido político”, al intentar  pagar deudas millonarias por colosales fraudes realizados por administraciones públicas estatales y municipales que afectaron considerablemente el bienestar social y laboral de la ciudadanía sonorense, con el monto de efectivo que piensan obtener con la venta de propiedades de los diversos niveles de Gobierno, Estatal y municipal.
     Vemos por ejemplo que se intenta pagar el desfalco de miles de millones de pesos cometidos con la desaparición del Fondo de Pensiones y Jubilaciones del ISSSTESON (que afectó a miles de sonorenses que cumplieron más de 30 años de trabajar y solicitaron su jubilación encontrándose que no pueden hacerlo porque no hay dinero para jubilaciones), con la promesa de vender el Estadio Héctor Espino ubicado en Hermosillo, Sonora y que constituye un ícono de la historia y cultura de la capital sonorense.
     Autoridades del ISSSTESON declaran cínicamente que existe una política de “saneamiento de finanzas del ISSSTESON” que consiste en suspender todas las pensiones y jubilaciones porque el Instituto padece problemas financieros y no puede cumplir esos compromisos.
     Los miles de trabajadores sonorenses afectados exigen el reembolso de lo que se robó del fondo de pensiones y jubilaciones y cárcel para las personas involucradas en este delito. El desfalco al fondo de pensiones y jubilaciones ascendió a una cantidad de seis mil doscientos millones de pesos, misma que como por arte de magia, las declaraciones oficiales al respecto la han ido reduciendo cada vez más.
     Pero nada se hace para recuperar el dinero robado, tampoco se ven intentos de castigar a los culpables de este desfalco.
Lo mismo sucede ahora con el conflicto derivado del incumplimiento de las autoridades municipales con sus trabajadores, que les adeudan pagos por diversas prestaciones y ante la falta de fondos financieros en el municipio se propone vender terrenos propiedad del ayuntamiento de Hermosillo para pagar sus deudas con sus propios trabajadores.
Son solo dos ejemplos de herencia del Prianismo que nos dejan una Institución de salud con grave quebranto financiero y el Ayuntamiento de la capital sonorense en estado de quiebra por no poder pagar los compromisos contraídos con sus propios trabajadores, afectando las relaciones laborales y a los usuarios finales de los servicios públicos municipales que somos la ciudadanía sonorense.
En contra del sentido común, de los establecido en un Estado de Derecho y de lo que sugieren las ciencias sociales que fundamentan la administración de las organizaciones, las autoridades cierran los ojos a los delitos cometidos, ignoran sus responsabilidades como servidores públicos y protegen a delincuentes de cuello blanco al proponer la venta de activos del patrimonio público para pagar las deudas derivadas de quebrantos financieros provocados por personas reconocidas e identificadas plenamente.
En lugar de exigir a las autoridades civiles y penales que usen su autoridad para detener a los responsables de los desfalcos, prefieren mutilar las propiedades públicas, antes de exigir la recuperación de lo robado vía el decomiso de bienes de quienes cometieron delitos al patrimonio público.
No debemos permitir que continúe el adelgazamiento del Estado mexicano a costa de la impunidad de quienes atentaron contra el bienestar social, la economía familiar y la salud pública de los sonorenses.
La ciudadanía en general y los trabajadores organizados en sindicatos debemos impedir que continúe el despojo de bienes públicos para cubrir desfalcos del presupuesto público por funcionarios corruptos.
  Los representantes de los trabajadores que forman parte de los Comités ejecutivos de los diversos sindicatos que se reclaman democráticos e independientes deben ser congruentes con su rol de representantes y defender los derechos de los trabajadores que continúan siendo violados impunemente.
El derecho a una jubilación digna debe ser respetado y no violarse impunemente a nombre de “sanear las finanzas” del ISSSTESON que solo contribuye a reforzar la impunidad de los actos de corrupción cometidos con el saqueo del Fondo de Pensiones y Jubilaciones del ISSSTESON, debemos exigir la recuperación del dinero robado y castigo a los responsables encabezados por Teresa Lizárraga Directora del ISSSTESON cuando ocurrió el desfalco.
De igual forma debemos exigir a la administración del Ayuntamiento de Hermosillo ejerza denuncia penal en contra de la administración priísta de Manuel Ignacio Acosta Gutiérrez conocido como el “Maloro”.
El intento de vender bienes e inmuebles públicos para reparar la sistemática violación a los derechos laborales y de la salud debe detenerse terminar y sólo lo lograremos a través de la movilización organizada y colectiva.
De la misma forma la defensa del derecho a una jubilación digna solo podrá lograrse exitosamente si los trabajadores nos unimos en torno a esta demanda.
El Dinosaurio del Prian todavía está vivo, debemos actuar de la misma forma que le quitamos el poder en las elecciones pasadas para darle la estocada final: a través de la unidad en la movilización colectiva para defender nuestros derechos.
Un año después de haber escrito este artículo el día de hoy (3/sep/2,019), vemos con claridad que el Dinosaurio está con vida y mantiene su fuerza al grado de que varios de sus elementos están incrustados en gobiernos municipales de Morena en Sonora e inclusive en puestos cave del Gobierno Federal, ante la pasividad (o complicidad?) de funcionarios de alto nivel de Morena que excluyen la participación de militantes de Morena  en la construcción de la Cuarta transformación de México y acusan de traidores, enemigos del nuevo gobierno a quienes ejercen la crítica sobre sus comportamientos.


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