sábado, 4 de agosto de 2018

La decisión que cambiará nuestras vidas


La decisión que cambiará nuestras vidas
Oscar Yescas Domínguez
Fecha de publicación: 24/06/2,018
     Existe un proceso de interacción social denominado “toma de decisiones”, que lo realizamos en forma individual pero su aplicación tiene implicaciones dentro de diferentes ámbitos de convivencia social, tales como los grupos a los que pertenecemos, las organizaciones con las que interactuamos y las comunidades de las que formamos parte.
     Constantemente estamos tomando decisiones, la mayoría de las veces sin darnos cuenta y en forma irreflexiva. Puedo mencionar como ejemplo las decisiones que tomamos en elegir nuestra vestimenta diaria, los alimentos que consumimos, el tiempo que invertimos mirando canales y series de televisión, si salimos de casa o no un fin de semana, etc.
     Pero también hay otro tipo de decisiones que son más relevantes y que tienen un impacto profundo en nuestra vida personal y social: como ejemplo puedo mencionar el decidir estudiar una carrera universitaria, el cambiar de trabajo, mudarse a otra ciudad, adquirir una nueva deuda, contraer matrimonio, tomar la difícil decisión de un divorcio, etc.
     La mayoría de las decisiones que tomamos son individuales, las tomamos por nuestra cuenta. Pero debemos tener presente que como seres sociales que somos hay decisiones que compartimos con otras personas, no solo con nuestra familia, sino que incluyen a miembros de nuestra comunidad, como cuando los vecinos de una colonia deciden organizarse para protegerse de la delincuencia común, o cuando los miembros de un sindicato de trabajadores deciden irse a la huelga.
     En este caso estamos hablando de decisiones colectivas que involucran a los miembros de una organización o de una comunidad específica.
En estos tiempos en los que predomina el autoritarismo las prácticas de democracia son cada vez menos frecuentes, por lo que debemos valorar y utilizar en forma efectiva las oportunidades que tenemos de participar en alguna de ellas.
Hoy estamos frente a una situación que nos ofrece la oportunidad de tomar una decisión en la que participaremos millones de personas. Me refiero de manera específica a las elecciones que se desarrollarán este primero de Julio en México para elegir Presidente, Senadores, Diputados y Presidentes Municipales.
     Esta es una elección que forma parte de la democracia representativa en la que ha funcionado nuestro sistema. Cada mexicano debe tomar libremente y sin presiones una decisión para decidir a qué candidato presidencial favorecerá con su voto y a que partido político o candidatos apoyará para que ingrese a formar parte del Congreso de la Unión como Senador o como Diputado, así como contribuir a decidir colectivamente quien ocupará el cargo de Presidente municipal en su localidad de residencia.
Quizá la experiencia previa de fraudes electorales y la desconfianza en las instituciones y autoridades electorales tienda a inhibir la participación de algunas personas en este proceso electoral, pero debemos recordar también que la experiencia previa de millones de votos nulos o millones de personas que prefirieron el  abstencionismo electoral y manifestar su inconformidad de esa manera, en  realidad lo que hicieron fue contribuir a apoyar y fortalecer los fraudes electorales con su abstencionismo o nulidad del voto.
Por esas experiencias considero que  el abstencionismo y la anulación del voto no son alternativas recomendables porque como en otras ocasiones solo contribuirá a facilitar que quienes manipulan desde el poder continúen en el mismo en un momento histórico en el que se requiere que todos los mexicanos participemos en esta jornada electoral que cambiará el rumbo de la historia en México.
     Debemos considerar que mientras mayor sea el nivel de participación de los mexicanos en estas elecciones, se reduce considerablemente la amenaza de fraude electoral y de engaño de la voluntad popular. A través de nuestra participación en este proceso electoral podremos lograr una votación masiva que haga difícil la manipulación de las cifras de los resultados electorales.
     En este punto deseo llamar la atención en el hecho de que nos encontramos frente a una decisión que debemos tomar: participar o no en este proceso electoral. Mi invitación es a que asumamos nuestra responsabilidad histórica y participemos en estas elecciones depositando nuestro voto por el candidato de nuestras preferencias.
Esto lo digo porque el sentido común, la realidad social con todas sus contradicciones, las características del proceso electoral y los resultados de los diferentes sondeos electorales nos informan que estamos en un momento histórico en el que México puede dar un cambio en su Historia como resultado de estas elecciones.
La invitación entonces es a salir de nuestras casas este primero de julio y acudir a depositar nuestro voto en las urnas para contribuir con nuestro granito de arena en esta decisión colectiva que implica definir quienes dirigirán el país por los próximos seis años.
Todas las decisiones debemos sustentarlas con una reflexión previa para que sean acertadas y la decisión de elegir uno de los candidatos presidenciables no es la excepción ya que es una decisión de gran envergadura.
La decisión de emitir el sufragio debe estar basada en una reflexión profunda, no solo acerca del momento presente del “aquí y ahora”, sino que requiere considerar elementos del pasado reciente que nuestra memoria tiene registrados, así como vislumbrar el futuro que queremos para nosotros y el tipo de país que anhelamos para nuestra familia y nuestro país.
En este sentido es necesario que esta decisión sea tomada después de considerar la situación nacional que prevalece en nuestro país, ya que en ella se refleja un alto grado de descomposición social, presenta un grado de crisis nunca antes visto debido a los niveles de corrupción imperantes y debemos reflexionar acerca del papel que han jugado quienes contienden en estas elecciones para que nos encontremos con un país en estas condiciones.
Por esto mismo reflexionemos acerca de que estamos en un momento histórico en el que no tiene cabida la indefinición, la indiferencia o el analfabetismo político. Esta urgencia de definir nuestra postura obedece al hecho de que los problemas sociales (inseguridad pública, incremento de gasolina y precios, desempleo, bajos salarios, desprotección laboral para los trabajadores, corrupción, etc.), se han agudizado y afectan a la población mexicana en un grado tal que ha aumentado el sufrimiento colectivo. 
     Por estas razones podemos decir que ya hemos tomado nuestra primera decisión que es el participar en estas elecciones ejerciendo nuestro derecho al voto como ciudadanos mexicanos.
     Una vez tomada la decisión correcta de participar con nuestro voto en estas elecciones, nos enfrentamos a la tarea de ¿por quién votar? Es decir, enfrentamos nuevamente la necesidad de tomar otra decisión.
     En unas elecciones limpias, con procesos electorales vigilados en forma imparcial, con autoridades electorales que inspiran confianza y con contendientes con trayectoria limpia, la decisión acerca de por quién votar se tornaría en proceso que revestiría un alto grado de complejidad.
Pero al observar el proceso electoral mexicano con los candidatos involucrados y los partidos participantes podremos ver que en realidad no hay mucho que pensar en realidad.
     Para tomar la decisión acerca de por quién votar, debemos considerar no solo las características individuales de los candidatos contendientes, sus trayectorias individuales, así como también, la historia y desempeño de quienes los rodean y sobre todo de los partidos que los postulan.
     Si actuamos tomando la decisión acerca de por quién votar con estas reflexiones podremos ver que en el caso del PRI, su candidato José Antonio Meade representa la continuidad del engaño, de la corrupción, de la impunidad, del saqueo de nuestro país y del empobrecimiento de la población mexicana.
No le ayuda mucho el ser hijo de uno de los ejecutores del mayor fraude al Estado mexicano por parte de la banca privada nacional, con el rescate financiero a los bancos denominado Fobaproa, que ocasionó que el pueblo mexicano pagara el desfalco de los bancos mexicanos.
Es postulado por un partido que hoy se encuentra en graves problemas ya que se percibe con claridad la amenaza de perder el poder si los mexicanos votan masivamente en su contra y expresan su inconformidad y hartazgo social a través del voto electoral.
     En su trayectoria como funcionario el candidato del PRI fue testigo directo de fraudes en varias dependencias y no realizó ningún movimiento en contra de los mismos, por los cuales es señalado como culpable por omisión de los mismos.
El equipo que lo rodea y quienes están detrás de él son los mismos que han saqueado a la nación y piensan seguirlo haciendo. El voto por alguien que ha contribuido al empobrecimiento de los mexicanos queda descartado si pensamos en el futuro de México y de nuestra familia.
     En el caso del candidato del PAN, Ricardo Anaya está envuelto en una serie de acusaciones de lavado de dinero que lo convierten en un delincuente de cuello blanco. Su comportamiento actual intenta desviar la atención de su comportamiento en el pasado cuando hoy cuestiona al PRI las reformas a la constitución que el mismo aplaudió.
     Su menosprecio hacia México lo ha demostrado en varias ocasiones y una muestra de ellos es que tiene a su familia radicando en Estados Unidos desde hace tiempo. Pero lo más relevante es su falta de honestidad, su incongruencia política y su enorme capacidad para mentir. ¿Cómo estarán las cosas que el máximo líder del Pan en el Senado (el partido que postula a Anaya como presidente), denunció a Ricardo Anaya ante la PGR por lavado de dinero?
     En el caso del llamado “bronco” Jaime Rodríguez Calderón, candidato “independiente” a la presidencia de la república, el hecho de que dejara la gubernatura de Nuevo león recién iniciada para participar en las elecciones presidenciales dice mucho del compromiso o ausencia del mismo que tiene para con su comunidad.
En realidad no tiene posibilidad alguna de quedar, solo está participando en la contienda electoral para dividir los votos y restarle apoyo a Andrés Manuel López Obrador. perjudicar en sus intervenciones ha demostrado sus pensamientos machistas, homofóbicos

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